UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN
MARCOS
(Universidad del Perú, DECANA
DE AMÉRICA)
Facultad de Educación
Resumen del libro
COMPRENSIÓN DE LA
GUÍA PRACTICA PARA ESTUDIANTES Y PROFESIONISTAS
Autor:
González O 'Donnell, Luis E.
CÓMO VENCER EL MIEDO A LEER
Para
vencer el miedo a leer se propone una solución ideal que reside en aprovechar el
pensamiento libre en los chicos de la escuela, para sembrar las semillas de la
crítica, de modo que el muchacho aprenda a pensar: tan pronto como se
acostumbre a pensar, aprenderá con poca ayuda, casi por sí mismo, a comprender
lo que lee. Pero este ideal todavía no se da en la mayoría de las escuelas y la
única escapatoria del joven es fingir que entiende a partir de la memorización
sin comprensión al igual que, sin saber inglés, cantan canciones en esa lengua,
repitiendo los sonidos.
LO QUE VA DE AYER A HOY
La
lectura en el antiguo catecismo tuvo preceptos buenos, malos y regulares: Leer
despacio para captar el significado de lo que se lee, darle un tiempo adecuado
a la lectura, se guarde los conceptos previos que se tenga de la lectura, leer
con modestia sin discutir con el autor, tras entender la primera oración no
trate de adivinar la siguiente, evite enredarse en asociaciones, etc.
En
la actualidad algunos de los principios mencionados siguen vigentes y otro
fueron delegados: No dejar atrás en la lectura huecos sin llenar ni ríos sin
vadear, sigue siendo un buen consejo, pero ya no se aplica a los vocablos y su
riguroso significado según el diccionario, sino a las preguntas, evocaciones y
dudas que la lectura despierta en el lector, No peque de excesiva modestia, todo
joven o adulto normalmente educado suele saber más de lo que cree acerca del
tema que le toca leer: puede que no recuerde los detalles o los tenga mal
archivados en la memoria, No se prive del
placer de adivinar lo que le depara el próximo párrafo o el siguiente capítulo,
entre otras.
LEER POR DELEITE
El
inicio a la lectura en lo seres humanos es por puro gusto. Así aprendimos a
leer antes de ir a la escuela. Cuando no había televisión ni era común mandar a
los niños al jardín desde los tres o cuatro años, el sueño de los chiquillos de
esa edad era descifrar los diálogos de los personajes de las historietas. Es
por ello que se sostiene que nadie nace predestinado a leer, nadar o contar
cuentos: son habilidades que se adquieren practicándolas y sólo se practican
cuando dan placer. Para adquirir el "vicio" de leer hay que empezar
por lecturas que interesen profundamente, provoquen gran diversión o ambas
cosas a la vez tal como se pronunció al principio.
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